El Espía Que Llegó Del Astral
Desde hace décadas los servicios de inteligencia de las grandes potencias emplean «espías psíquicos». Se trata de agentes especialmente entrenados para desplazar su mente hasta objetivos estratégicos situados a centenares de kilómetros, y espiarlos limpia y discretamente. Esta es la historia de unos James Bond capaces de dejar momentáneamente su cuerpo físico, contada por el que fue uno de los más expertos adiestradores de espías astrales de Norteamérica.
Las acciones de los espías psíquicos podían ir desde el descubrimiento del lugar de un accidente aéreo hasta la obtención de datos secretos de otras potencias.
Las primeras noticias que llegaron a Estados Unidos sobre la construcción de un nuevo y revolucionario submarino soviético, capaz de lanzar misiles nucleares sin dejar de desplazarse, lo hicieron de la mano de un equipo de espías psíquicos que viajaron astralmente hasta el astillero de Servidivinsk. Los restos de un bombardero ruso estrellado en el Zaire fueron localizados por un agente psíquico antes de que los satélites diesen con él. Otro sensitivo entrenado por los servicios secretos destapó a un espía del KGB que estaba robando información en Sudáfrica. Estos son sólo tres ejemplos de un tipo de agente secreto muy diferente, que no abandona los despachos de las agencias de inteligencia para obtener su información. Le basta su capacidad de desplazar su consciencia