Un viejito de 90 años va a una clínica a hacerse una prueba de fertilidad.
El doctor le da un frasco y le pide que entre a una habitación reservada.
A las 3 horas, el médico preocupado toca la puerta y sale el viejito y le explica:
Mire doctor, estuve tratando una hora con una mano, otra hora con la otra mano,
hasta le pedí a mi esposa que me ayude.
Intentó con una mano, con la otra y hasta con la boca !!!...
y todavía no pude abrir el maldito frasquito !!!.
Un judío esta llorando; lo ve un amigo suyo, se acerca, y le dice:
- Pero Samuel, que te pasa?
- Es que a mi peine se le ha roto un diente, y ahora tengo que comprarme uno nuevo.
- Pero hombre, no es para tanto, total, puedes seguir peinándote con ese peine aunque le falte un diente.
- No, no lo entiendes, es que era el ultimo diente que le quedaba...